La radio no sólo es un acompañante, sino una parte esencial de la existencia de muchos. Así lo refleja, una vez más, una historia que ha tocado las fibras más sensibles. 

“Cadena 3 fue la banda de sonido de la vida de mi mamá”, admitió Liliana, una oyente de la radio más federal del país, quien en las últimas horas despidió a su madre. 

Según su relato, en la cocina, una radio "24/7" llenaba el espacio con voces familiares, y al lado de la cama, otro dispositivo continuaba con su melodía. Liliana bromeaba diciendo que su madre tenía la radio “endovenosa”, como si la música y las voces fluyeran directamente a su corazón.

Los nombres de los locutores se convertían en parte de las conversaciones cotidianas. Susana Buontempo, Miguel Clariá, Guille Hemmerling y Agustina Vivanco eran más que voces en el éter; eran como familiares. A veces, la madre los llamaba simplemente “los chicos”, y la hija, curiosa, preguntaba: “¿Qué chicos, mamá?” La respuesta era inevitable: “¡Los chicos de la radio!” Eran compañeros constantes, confidentes invisibles que llenaban los espacios de su hogar.

La radio también tenía su lugar sagrado: la misa de los domingos. La mujer se levantaba temprano, madrugaba, para sintonizar la emisora. Y no podían faltar las menciones a Blanquita Rossi, a Rony Vargas y, por supuesto, a "Marito Pereyra". La muerte de Mario durante la pandemia dejó un vacío en su corazón. 

Liliana imagina que ahora, en algún rincón desconocido, su madre buscará al histórico conductor de Juntos, quizás lo encuentre y, tal vez, conversen sobre sus historias.

Ayer, en su casa, donde hasta ese último día estuvo, la radio en AM700 seguía transmitiendo. La hija, apenada pero agradecida, escribió unas palabras para que los locutores saluden y agradezcan la lealtad de Lucía Dominga Lerda, vecina de barrio Santa Isabel 2ª sección, de la ciudad de Córdoba.

El mensaje de la hija de Lucía: 

Cadena 3 fue la banda de sonido de la vida de mi mamá. Yo le decía que la tenía “endovenosa”. Tenía una radio 24/7 en la cocina y otra 24/7 al lado de la cama.

Susana Buontempo, -Miguel- Clariá, Guille -Hemmerling- y Agustina -Vivanco- eran nombres que circulaban todo el tiempo en sus conversaciones, a veces les decía “los chicos” .

-"¿Qué chicos mamá?" 

-"Y los chicos de la radio!". Eran como sus familiares, o mejor dicho eran también sus familiares.

Infaltable en la misa de los domingos, que la hacía levantarse temprano, madrugar. Infaltables también las menciones a Blanquita -Rossi-, a Rony -Vargas-, por supuesto y a Mario -Pereyra-. Su muerte durante la pandemia le rompió el corazón. No lo podía creer. A lo mejor ahora lo busca allá donde haya ido, a lo mejor lo encuentra, a lo mejor conversan.

Ayer la despedimos, en su casa, donde hasta ese mismísimo día estuvo, la radio en AM700.

Les escribo para que por favor la saluden y le agradezcan la lealtad.

Ella era Lucía Dominga Lerda de Santa Isabel 2da.

Yo soy su hija, apenada.

Lucía, de blanco, junto a Marta, su fiel amiga. Siempre bromeaban que iban a permanecer juntas hasta el final. Murieron con una diferencia de 13 días.

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