La historia de Richard Hernández parece de ficción. Al texano lo diagnosticaron con una enfermedad en el año 1997, y desde ese entonces comenzó su camino para cumplir un sueño: convertirse en un dragón humano.

Hernández sufrió un daño muy profundo cuando fue abandonado por su mamá y su padrastro en un rancho de los abuelos, donde abundaban las víboras de cascabel. Después de numerosos sueños relacionados con serpientes y dragones, Hernández se cambió el nombre a Tiamat Legion Medusa y emprendió su camino.

Desde ese entonces ya lleva gastados más de 80 mil dólares entre cirugías, implantes y tatuajes. Su próximo objetivo es la castración, para poder convertirse en una criatura sin género.

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Tiamat, tiene 60 años y prefiere que lo llamen “La dama dragón”. Se redujo las orejas, la nariz, la lengua (que fue partida en dos) y tiene 18 implantes en el cráneo que simulan ser pequeños cuernos, y múltiples tatuajes. 

Además de la castración, también busca que le implanten gnashers (dientes falsos) para ser un verdadero dragón humano, el primero sin género del mundo.