Turofilia. La palabra es rara y poco usual, pero describe algo bastante usual: a las personas amantes del queso. Para ellas, el lugar ideal en el mundo es Santa Francisca, en Despeñaderos.

Vane Ludueña visitó este establecimiento familiar, donde la tercera generación trabaja arduamente día a día y se ofrecen 22 variedades diferentes.

El lugar hizo la conversión y hace tres años funciona al 100% con energía solar

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Lorenzo José Ramón Alacia comenzó el negocio que luego llevó adelante su hijo y hoy en día su nieto.

Con el paso del tiempo además de la actualización tecnológica Santa Francisca modernizó también los sabores, y además de los quesos que todo el mundo conoce incluyó también variedades con arándanos, aceitunas, almendras y miel.

Ofrecen, para maridar, salames de producción local, escabeches, aceitunas, dulce de leche y todo lo necesario para una picada inolvidable.