El lugar solía ser una cantera, que quedó abandonada y luego se llenó de agua. Hoy en día, la Laguna Azul es muy concurrida por los fanáticos de los deportes acuáticos que buscan nuevas experiencias.

El turquesa de las aguas de lo dan los minerales que quedan en la superficie. Vane Ludueña visitó el lugar, ubicado en La Calera, y disfrutó de dos de las actividades más buscadas que allí se practican.

Además del sector público, manejado por la municipalidad (tiene un aforo de unas 100 personas, por motivos sanitarios), hay otra parte en manos privadas, a cargo de Laguna Azul Wakepark. Allí hay un bar de playa, un centro de buceo y, como su nombre lo indica, un centro de wakeboard.

Tras pagar una entrada de 500 pesos por persona, utilizar los equipos para tomar parte en las diversas actividades tiene los siguientes costos:

Buceo: 6.000 pesos 

Curso de buceo: 38.000 pesos

Wakeboard: 3.600 pesos.

El emprendimiento cuenta con una silla anfibia para que también personas con alguna discapacidad motriz pueda sumergirse.