Yamila Nizetich (Foto: @yasnizetich)
Yamila Nizetich

Entre redes y sueños

Yamila Nizetich: un adiós lleno de pasión La ex capitana de Las Panteras comparte su emotivo retiro y nuevos sueños en la maternidad.

04/07/2025 | 15:16 | Tras dos décadas en la élite del vóley, Yamila Nizetich se despidió de las canchas. “Me voy vacía, di todo”, dijo. Hoy, su nuevo desafío es la maternidad y seguir inspirando desde otro lugar.

Audios

Yamila Nizetich se despidió del vóley profesional con la misma honestidad y pasión con la que vivió sus más de veinte años de carrera. “Me voy vacía porque le di todo”, escribió en el mensaje que comunicó su retiro. Vacía, sí, pero llena de historias, títulos, viajes, aprendizajes y sueños cumplidos.

A los 36 años, la ex capitana de Las Panteras decidió cerrar una etapa que la llevó a competir en los máximos niveles internacionales y a convertirse en una de las jugadoras más importantes de la historia del vóley argentino. “No tenía más nada que darle al deporte. Le di toda mi pasión, mi energía y mi amor”, confesó en diálogo con La Argentina Posible en Cadena 3.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Entre redes y sueños

Yamila jugó en ligas de Italia, Turquía, Grecia, Azerbaiyán, Alemania y otros países, y formó parte de dos Juegos Olímpicos (Río 2016 y Tokio 2021). “Soy una afortunada. Pude recorrer el mundo gracias al vóley. Viví casi 18 años en Europa, aprendí idiomas, culturas, formas de pensar. Todo eso me enriqueció muchísimo”, contó.

Su curiosidad y vocación de liderazgo la llevaron a integrarse plenamente en cada destino: “Me hacía amiga de las jugadoras locales para entenderlas, sobre todo porque muchas veces era la capitana. Tenés que saber qué le hace bien a tu compañera, cómo piensa, y eso se logra conociéndolas”.

Más allá de lo deportivo, el vóley le dio estabilidad económica. “Cobrás en euros o dólares, y eso te permite vivir y ahorrar. No se compara con el fútbol, claro, pero me permitió sostenerme profesionalmente durante años y también planificar mi vida después del retiro”, explicó.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

“Ahora quiero ser mamá”

Y ese “después” ya empezó. Su presente la tiene más cerca de Córdoba, su ciudad natal, pero con los pies listos para volver a despegar. “Mi marido es preparador físico y nos vamos a Polonia, donde él va a trabajar. Pero lo más lindo es que estoy embarazada”, anunció con alegría.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

“Siempre dije que quería ser mamá y se dio todo redondito. Estoy esperando una niña y enfocada en este hermoso trabajo que es la maternidad”, contó emocionada. No se trata de bajar la intensidad, sino de ponerla en un nuevo proyecto de vida.

También sigue vinculada al vóley a través de sus campus de formación para niñas, que realiza tanto en Argentina como en Estados Unidos: “Ese proyecto me encanta. Me gusta seguir conectada con las nuevas generaciones”.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

El valor de elegir cuándo y cómo irse

Después de años de viajes, hoteles y valijas, Yamila dice que no le costó desacelerar. “Yo ansiaba este momento de estar tranquila, disfrutar de mi casa, de Córdoba, de mi familia, de mis amigos. Nunca había tenido tiempo de ver mi ciudad como lo estoy haciendo ahora”, compartió.

Su decisión de retirarse fue consciente y autónoma, algo que no siempre ocurre en el deporte de alto rendimiento. “Muchos jugadores esperan que alguien les diga ‘hasta acá llegaste’. Yo preferí decirlo yo, a tiempo, en paz”, expresó.

Un consejo para quienes empiezan

En el cierre de la charla, dejó un mensaje para quienes sueñan con llegar lejos en el deporte: “Que persigan sus sueños, que sean constantes y pacientes. Que respeten el deporte y lo hagan con amor y responsabilidad. Las cosas tardan en llegar, pero si uno se esfuerza, todo se acomoda”.

Con humildad y claridad, Yamila Nizetich deja la red, pero no la escena. Su historia sigue inspirando a miles de chicas y chicos que, como ella hace dos décadas, empiezan a soñar con una vida construida en base al esfuerzo y la pasión. 

Entrevista de Claudio Giglioni